La resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reconoció en el año 2000 que la guerra repercute de forma distinta en las mujeres.
Durante las guerras o conflictos, a menudo las mujeres tienen a su disposición menos recursos para protegerse y con frecuencia representan, junto con los niños y las niñas, la mayor parte de las poblaciones desplazadas y de personas refugiadas.
Las mujeres refugiadas sufren agresiones físicas, explotación y acoso sexual en toda la ruta migratoria a Europa, en especial quienes viajan solas o con menores. Raramente denuncian, y la comunidad internacional no toma medidas al respecto.
Existen muchas organizaciones y mujeres que luchan por la paz y por su país, pero la información es poco accesible y su papel no es reconocido.
Desde 1992 hasta el 2011, sólo el 9% de los negociadores en las mesas de negociación de paz eran mujeres.
Fuente: ONU Mujeres.